Un nuevo hogar

(Aunque este diario contiene observaciones sobre situaciones que vivo personalmente he decidido compartir esta historia de la que nunca fuí testigo. Según su narrador, quién la vivió personalmente, la historia sucedió en el Golfo de México y concretamente en el Estado de Veracruz)

Poco tiempo después llegó la desgracia a los  manatíes. Los árboles habían sido arrancados  para poder sembrar. Pero la siembra en nuestros  días ya no es natural. Gran cantidad de  químicos fueron arrojados al lago sin control.
Poco tiempo después llegó la desgracia a los
manatíes. Los árboles habían sido arrancados
para poder sembrar. Pero la siembra en nuestros
días ya no es natural. Gran cantidad de
químicos fueron arrojados al lago sin control.
En un lago vivía una comunidad de manatíes. El lugar era un paraiso natural donde vivían con muchos otros animales.

No hace mucho llegó la industria y este paraiso lleno de vida se llenó de muerte. En las orillas del lago los árboles fueron arrancados. Usando máquinas, cientos de árboles fueron derribados. Los habitantes del bosque tuvieron que huir y casi todos murieron.

Poco tiempo después llegó la desgracia a los manatíes. Los árboles habían sido arrancados para poder sembrar. Pero la siembra en nuestros días ya no es natural. Gran cantidad de químicos fueron arrojados al lago sin control.

Los animales comenzaron a sentirse enfermos y los cuerpos de los peces, los delfines de agua dulce y los manatíes comenzaron a aparecer muertos en sus orillas.

Una hembra de manatí, que acababa de tener cachorros, comenzó a sentirse mal. Su comida, las algas, estaba muy contaminada por los agroquímicos. Movida por la intuición de que sus cachorros morirían envenenados, la madre manatí, cargando a sus crías, se adentró en el mar en busca de un nuevo hogar.

En un último intento por sobrevivir esta madre manatí nadó hacía otro lago que se encontraba a muchos kilómetros de distancia en el que hay una reserva natural protegida donde viven otros manatíes.

Dicen los campesinos que sabes cuando un árbol va a morir porque da una gran cantidad de fruto, mucho más de lo normal. Esta manatí, mostrando una fuerza sobrenatural, nadó por el mar abierto con la esperanza de salvar a sus cachorros y llevarlos a esta reserva natural.

Presentía su muerte, y cómo el árbol, entregaría toda la fuerza que le quedaba para intentar salvar a sus cachorros.

Pero el lugar se encontraba muy lejos y la manatí ya se encontraba enferma envenenada por los agroquímicos y tras muchos kilómetros nadando en mar abierto el animal supo que iba a morir y que la reserva ya no estaba a su alcance.

Entonces, haciendo un último esfuerzo, se dirigió hacia un barco de pescadores y comenzó a nadar a su alrededor: quería que la vieran. Los pescadores, sorprendidos, la observaban y comentaban entre ellos que nunca habían visto un comportamiento así en ningún manatí, ningún manatí se acerca jamás a los seres humanos.

Entonces, la madre manatí, cuando vio que los pescadores la observaban mostró sus cachorros hambrientos a los pescadores. Sabiendo que iba a morir, la madre del manatí quería que los pescadores llevaran a sus cachorros al lago con los demás manatíes. Los pescadores, sin necesidad de palabras, la entendieron.

En el momento que los pescadores tomaron a sus cachorros, la madre manatí dejó de vivir y las olas del mar se llevaron su cuerpo.

Los pescadores, algunos con lágrimas en los ojos, dejaron sus faenas, tomaron a los cachorros y los llevaron a la reserva entregandoselos a mi amigo, quién me contó esta historia.

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