La vida vale más

El temblor

Con una sóla sacudida la tierra puede reducir nuestro mundo a cenizas. Mientras más altas son las torres más rápido se desploman.
Con una sóla sacudida la tierra
puede reducir nuestro mundo
a cenizas. Mientras más altas
son las torres más rápido
se desploman.
El 19 de septiembre del 2017 salgo de mi casa en la Ciudad de México en busca de una cafetería y una extraña inquietud me envuelve.

Durante mucho tiempo camino por la colonia de café en café y no logro decidirme por ninguno. Una extraña intuición no deja que me pare en ningún sitio.

La explicación a este extraño comportamiento viene pocos minutos después cuando comienza un temblor y la tierra se estremece bajo mis pies.

A mi alrededor la gente corre aterrorizada mientras los edificios se mueven como si fueran de gelatina.

Y yo comprendiendo que no está en mi poder controlar mi destino, me encomiendo a Dios y rezo sabiendo sólo Él puede decidir si me tocará vivir o morir.

La humildad

Decía mi padre que no comprendía porqué la gente le tiene tanto miedo a morir si cuando nacemos todos traemos marcada la hora de nuestra muerte.

Nos guste o no, por mucho que lo intentemos, la muerte no la podremos evitar.

Los terremotos nos aterrorizan porque en sólo unos minutos comprobamos que somos mortales, que toda nuestra seguridad es una ilusión y que nuestro mundo está construido a base de ilusiones.

Si la tierra hubiera temblado tres minutos más la destrucción hubiera sido tan grande que llevaría años reconstruir de nuevo la Ciudad de México.
Si la tierra hubiera temblado tres minutos
más la destrucción hubiera sido tan grande
que llevaría años reconstruir de nuevo
la Ciudad de México.
Con una sóla sacudida de la tierra, la naturaleza puede reducir nuestro mundo a cenizas en unos minutos. Mientras más altos son las edificios más fácilmente y más rápido se desploman.

Cuando la tierra tiembla nuestra arrogancia y nuestro ego se esfuman.

En este momento, cuando comprendemos lo vulnerables que somos, el temblor se convierte en una gran lección de humildad que nos sirve para recordar que las posesiones materiales no valen nada y que lo realmente importante es estar vivo.

Además de darle una buena cura de humildad a nuestros egos, el terremoto nos muestra el poder que tienen Dios y la Naturaleza para destruir nuestras ciudades y nuestro sistema económico.

Si la tierra hubiera temblado tres minutos más la destrucción hubiera sido tan grande que llevaría años reconstruir la Ciudad de México de nuevo.

Y si la naturaleza decidiera mandar seis minutos más, la Ciudad de México, con toda su pompa y arrogancia, tendría que ser abandonada igual que tuvieron que ser abandonadas las ciudades mayas de la antiguedad.

Lo natural

Y si la tierra decidiera mandar seis minutos más de temblor la Ciudad de México, con toda su pompa y arrogancia, tendría que ser abandonada como las ciudades mayas de la antiguedad.
Y si la tierra decidiera mandar seis minutos
más de temblor la Ciudad de México, con
toda su pompa y arrogancia, tendría que ser
abandonada como las ciudades mayas
de la antiguedad.
Observando como la tierra se estremecerse bajo mis pies a mi mente viene algo que viví recién llegado a México durante una visita a Bonampak,

Después de analizar lo que me enseñó el temblor he llegado a la conclusión de que la humanidad, dejándose llevar por la industria y la tecnología, está poniendo en riesgo su propia supervivencia.

Si abandonamos a la naturaleza y la destruimos para alimentar ciudades, el riesgo de que nuestra civilización colapse pareciera inminente. ¿O será que esta destrucción no es casual y el plan de la ciencia es destruirnos a todos?

Mientras contemplamos los famosos murales de Bonampak en su centro principal se produce un extraño silencio en la selva. Los animales cesan su actividad y pareciera como si todos se hubieran ido a dormir.

Llega un momento que el silencio en la selva es tan sepulcral que no se mueve ni la hoja de un árbol.

Le pido al guía que me explique el misterioso silencio y la respuesta llega pocos segundos después cuando se escucha un sonido lejano, parecido al de un río caudaloso desbordado, que viene hacia nosotros cruzando la selva.

El rugido del terremoto cruzando la selva nos alcanza y los árboles comienzan a crujir mientras el templo milenario se estremece bajo nuestros pies.

Las piedras de la ciudad antigua de Bonampak crujen arrojando una gran cantidad de polvo y algunas ramas de los enormes árboles caen al suelo partidas.¡Estamos viviendo un terremoto sobre la pirámide de Bonampak!

En medio del temblor le pregunto a nuestro guía si la pirámide se desplomará y el lacandón sonriendo me dice que no me preocupe, que la pirámide está bien construida y no se caerá.

El rugido del terremoto se aleja por la selva hasta perderse en la distancia y tras unos minutos de silencio los animales vuelven a su actividad cotidiana.

La selva se convierte de nuevo en un lugar ruidoso y sus habitantes continúan su actividad normal como si no hubiera pasado nada.
Si mañana llegara un terremoto mayor al que azotó la Ciudad de México esta sería completamente destruida mientras que los indígenas y los animales ajenos al colapso de nuestra civilización, regresarían a su actividad normal minutos después como si nada hubiera pasado.
Si mañana llegara un terremoto mayor al
que azotó la Ciudad de México esta sería
completamente destruida mientras que los
indígenas y los animales ajenos al colapso
de nuestra civilización, regresarían a su
actividad normal minutos después como
si nada hubiera pasado.

Pasado el terremoto le pregunto a los guías lacandones si no les da miedo de los terremotos y dedicándome una sonrisa burlona uno de ellos me dice que ellos le tienen mucho miedo a los temblores ¡porque una vez a un vecino se le cayó encima el techo de su choza de paja sobre la cabeza!

Viendo como los lacandones se ríen a carcajadas burlándose de mí comprendo algo muy importante: Si mañana llegara un terremoto de mayores dimensiones la Ciudad de México sería completamente destruida mientras que los animales y los indígenas, ajenos al colapso de nuestra civilización, reconstruirían sus chozas de paja y sus nidos regresando a su actividad normal como si no hubiera pasado nada.

El miedo

Algo importante que aprendí también durante el terremoto es que los medios de comunicación pueden exagerar los miedos de la población y usarlos para manipular a las masas.

Durante los días del temblor, tristemente, seré testigo en primera persona de una gran manipulación de una noticia como podrás leer aquí.

Al final, los muertos por el terremoto fueron, según el gobierno, menos de 400. Y si se tiene en cuenta que la Ciudad de México tiene una población aproximada de 20 millones.

Si vemos la cifra podemos ver claramente que, gracias a Dios, las pérdidas humanas del terremoto no fueron tan graves.

Y digo que no fueron tan graves porque si buscamos otras causas de muerte encontramos, por ejemplo, que según estudios los muertos por obesidad son aproximadamente 170.000 al año, lo que supone ¡Un total de 465 personas fallecidas cada día!¡En un sólo día muere más gente por la mala alimentación y el sedentarismo que las que han muerto en los últimos treinta años de terremotos!

Tristemente, como el temblor "es lo que vende", los medios de comunicación usaron el evento para crear un pánico tan grande en la ciudadanía que el miedo afectó seriamente a la salud, la economía y al futuro laboral de muchas personas.

Y como casi siempre, mientras la gente permanecía aterrorizada viendo las noticias sobre el terremoto, los políticos de medio mundo aprovecharon para hacer y deshacer leyes a su antojo.

La conspiración

En todos los sucesos de gran magnitud aparecen teorías que llamadas de la "conspiración" y el terremoto de México no fue menos.

La tecnología haarp formaría parte de un plan de geoingeniería en el que se estaría esparciendo metales en la atmósfera para que manipular la atmósfera y el clima usando antenas que crearían algo así como radiadores en el cielo. En inglés a estas fumigaciones las llaman chemtrails
La tecnología haarp formaría parte de un
plan de geoingeniería en el que se estaría
esparciendo metales en la atmósfera para
que manipular la atmósfera y el clima
usando antenas que crearían algo así
como radiadores en el cielo. En inglés a
estas fumigaciones las llaman chemtrails
En realidad la "conspiración" es cada día más real y las versiones de los "conspiranoicos" están dejando en evidencia las manipulaciones de la versión oficial.

Una de las teorías más importantes que nació alrededor de este terremoto fue la de que el evento pudo ser provocado como un proyecto de geoingeniería usando tecnología haarp y/o fractura hidráulica (fracking).

Aunque no es posible demostrar que el terremoto fuera provocado si es muy fácil demostrar los científicos están poniendo en riesgo a la humanidad con estos proyectos de geoingeniería y de control del clima de forma artificial.

Sin embargo hay otra teoría que llamó mucho mi atención y creo que merece la pena compartir.

Y es que el terremoto se produce el 19 de Septiembre, el 32 aniversario del temblor de 1985, el sismo generó 32 veces más energía que el anterior y en el colegio Rebsamen, por otra macabra casualidad, la prensa reportó 32 muertos.

En el internet rapidamente corrió el rumor de que el número 32 es el número ritual de una sociedad secreta llamada "Skull and bones" y observando estas coincidencias la gente rapidamente comenzó a hablar de numerología y que estos eventos podrían ser rituales que siempre llevarían el número 32 presente.

Decidido a ver que puede haber de cierto en la teoría mi sorpresa viene cuando me meto a buscar datos y compruebo como en la prensa hay un número impresionante de casos noticias en los que aparece el número 32:

8 de septiembre: 32 muertos por terremoto en Oaxaca
22 de septiembre: Huracán María deja 32 muertos a su paso por el Caribe.
29 de septiembre: Estampida en Mumbai: 27 muertos y 32 heridos
1 de octubre: Masacre en Las Vegas desde la habitación 32
1 de octubre: 15 muertos y 32 heridos en Atotonilco en Jalisco, México
7 de octubre: Huracán Nate causa 32 muertos en Centroamérica
10 de octubre: Accidente en Guatemala 3 muertos y 32 heridos
14 de octubre: Incendios en California dejan 32 muertos
16 de octubre: Incendios en España y Portugal dejan 32 muertos
17 de octubre: 32 muertos en ataque de los talibanes en Afganistán
20 de octubre: Ataque a mezquita deja 32 muertos en Afganistán
8 de noviembre: Tres muertos y 32 heridos en Colombia
21 de noviembre: Coche bomba en Iraq deja 32 muertos
25 de noviembre: Una anciana muerta y 32 heridos en Granada

Como puedes comprobar tu mismo en los enlaces anteriores una gran cantidad de las tragedias publicadas por la prensa en los meses recientes tienen al número 32 como protagonista.

Si no me crees entra tu mismo y haz una búsqueda, verás como por una extraña razón, el número 32 está presente en una parte importante de las tragedias.

¿Podría ser cierto que hay una relación ocultista entre estos eventos y los oscuros poderes en la sombra?¿Será cierto que se trata de rituales para lograr poder a cambio de vidas humanas?¿O simplemente hay un mundo de números y de casualidades que va más allá de la imaginación humana?

 Después del temblor el mundo de las máquinas colapsa, y el mundo falso construido con la tecnología pierde completamente su valor.
Después del temblor el mundo de las
máquinas colapsa, y el mundo falso
construido con la tecnología pierde
completamente su valor.
El único libro que se atreve a hablar de estos temas tan complicados es la Biblia y en este caso la Carta a los Efesios de San Pablo que dice:

"Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales. (6:12)"

Si bien todo esto probablemente sea una gran casualidad: ¿No es cierto que parecieramos vivir en un mundo de tinieblas dirigido por huestes espirituales malignas capaces de hacer cualquier cosa por conservar su poder?

El rescate

Sin embargo, la lección más importante que me dejó el temblor fue que no debemos tenerle miedo ni a las huestes espirituales de maldad ni a la tecnología.

Igual que hay una maldad inhumana que pareciera avanzar por el mundo corrompiendo y contaminando a nuestra sociedad, también hay una parte de la humanidad llena de bondad que tiene la capacidad de ponerse de pie y plantarle cara a la adversidad.

Quizá sea esa luz, la de la verdadera humanidad, la que no permitirá que las tinieblas triunfen en nuestro mundo.

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. ( Mateo 6:19-21)
No os hagáis tesoros en la tierra,
donde la polilla y el orín corrompen,
y donde los ladrones minan y hurtan;
sino haceos tesoros en el cielo, donde
ni la polilla ni el orín corrompen,
y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro,
allí estará también vuestro corazón.
( Mateo 6:19-21)
Pocas horas después del temblor, cuando regresa la cobertura telefónica, nos damos cuenta de que una pareja de amigos no contestan nuestras llamadas y decidimos buscarlos personalmente.

Nuestros temores se hacen realidad cuando al llegar vemos con terror que su edificio ha colapsado.

Sobre las posesiones materiales Jesucristo dijo: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. ( Mateo 6:19-21)

Será ese día, a pesar del dolor, cuando comprenderé por primera vez estas palabras y el gran valor que tienen la vida y la humanidad.

Después del temblor el mundo de las máquinas colapsa y el mundo falso construido con la tecnología pierde completamente su valor.

No hay electricidad, no hay cobertura telefónica, las carreteras están cortadas y en ese momento, cuando la tecnología deja de funcionar, comprendo lo importante que son la naturaleza, la vida y la humanidad.

El despertar

El rescate comienza en un completo silencio, un silencio vital para que los rescatistas puedan escuchar los sonidos que hacen los supervivientes que hay enterrados bajo los escombros.

Quizá sea la luz, de la verdadera humanidad, la que evitará que las tinieblas logren destruir nuestro mundo Foto cortesía Liz Vela
Quizá sea la luz, de la verdadera
humanidad, la que evitará que
las tinieblas logren destruir
nuestro mundo
Foto cortesía Liz Vela
Sobre la mole de concreto unos hombres con el puño levantado piden silencio. Todos permanecemos callados y sin movernos mientras que un rescatista camina sobre los escombros con un perro que huele en busca de vida.

Tras unos minutos de tensión y en medio de un silencio total, el perro para en un lugar y da la señal de que en el lugar hay vida.

Este animal sabe reconocer la vida de la muerte.

Los rescatistas comienzan a retirar trozos de concreto con extrema precaución. Estos trabajos tan delicados hay que hacerlos a mano y en ellos las máquinas no sirven. La vibración de los motores o el mismo peso de las máquinas podría hacer que la estructura se desplome.

Los escombros son retirados a mano por unas filas hechas con cientos de voluntarios que, como hormigas, se van pasando bolsas con escombros y trozos de concreto en silencio para dejarlos en unos camiones que están a unas cuadras.

Observando este despliegue humanitario, esta gran lucha por la vida, comprendo que al final, cuando llegue la hora de la verdad el amor vencerá a las máquinas. Cuando todo parezca perdido la humanidad despertará y la vida se impondrá.

El final

Al retirar un poco más del concreto una persona aparece viva y los rescatistas hacen un gesto con sus manos. Los presentes se funden en una larga ovación. ¡Los aplausos son la señal de que encontraron a alguien con vida!¡Lograron salvar una vida!

Con lágrimas en los ojos, mientras observo como rescatan a la persona con vida, comprendo que en el futuro, cuando una catástrofe destruya el falso mundo que nos vendió la tecnología, ese día en el que los robots y las máquinas dejen de funcionar, la humanidad descubrirá que el amor es más poderoso que la ciencia y que la vida vale más que la tecnología.

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