La Muerte: Dioses de la muerte. Parte III

Dios de la Muerte.
Museo de Arte Prehispánico
Rufino Tamayo, Oaxaca
Foto: Chico Sánchez


Los dioses que representan a la muerte han sido siempre importantes para las diferentes culturas de la humanidad. La muerte, como parte final de la vida y al mismo tiempo de la regeneración, ha sido representada de formas muy diversas. Vamos entonces a compartir algunas historias sobre estos dioses de la muerte.

Empezamos por Mictlantecuhtli, dios Mexica de la muerte, su nombre proviene del náhuatl y  significa el señor del lugar de los muertos. Sahagún, en su Historia General de las Cosas de la Nueva España dice que los familiares del recién difunto, hablándole, le dijeron: ya os llevó el dios que se llama Mictlantecuhtli y por otro nombre Aculnahuácatl o Tzontémoc y la diosa que se llama Mictecacihuatl, ya os puso por su asiento…  

Posteriormente menciona que daban al difunto las siguientes indicaciones: Veis aquí con que habéis de pasar el en medio de dos sierras que están encontrándose una con otra… con que habéis de pasar el camino donde está la lagartija verde que se dice xochitonal… los ocho páramos… ocho collados… el viento de navajas que se llama itzehecayan… y en llegando los difuntos ante...Mictlantecuhtli ofrecíanle y presentábanle los papeles que llevaban… A los ochenta días lo quemaban… porque decían que todas las ofrendas que hacían por los difuntos en este mundo, iban delante...(de) Mictlantecuhtli.… y así en este lugar del infierno que se llama Chiconaumictlan, se acababan y fenecían los difuntos.   

El Mictlan o lugar de los descarnados tenía nueve niveles, por eso, el difunto debía atravesar los ocho niveles del inframundo y al llegar al noveno se encontraba con Mictlantecuhtli y era ahí donde realmente moría. En la creencia Mexica un perro era sacrificado cuando moría su dueño ya que se pensaba que el animal conducía al fallecido al Mictlan, ayudando a su dueño a cruzar el río que antecedía al noveno nivel del inframundo.
Figura del Dios del Fuego wirarika (huichol).
Foto tomada en 1895 por Carl Lumholtz.
México a través de la fotografía.
Museo Nacional de Arte. México

El nombre en Náhuatl de este perro nativo es el de Xoloescuintle, una raza de perro nativo. En Mesoamérica, estos perros  estaban relacionados con gran cantidad de actividades domésticas y religiosas, servían de alimento, de compañía y como protección de vivos y muertos. Fueron personajes de mitos y leyendas, animales de sacrificio y símbolos calendáricos. 

Según la leyenda de los soles, un texto nahuatl que explica la creación de la humanidad, los primeros seres humanos fueron creados con huesos de difuntos. Quetzalcoatl va al Mictlan, el inframundo, en donde se encuentra con Mictlantecutli quién le entrega los huesos con los cuales da vida al género humano. En Tamoanchan, uno de los lugares de origen, la diosa de la tierra muele los huesos en el metate y Quetzalcoatl fecunda esta masa con la sangre que se saca del pene.  

Mictlantecutli en algunas representaciones tiene la nariz en forma de Técpatl, un pedernal o navaja que se usa para el fuego nuevo. Con este pedernal se frota la piedra para producir el fuego, haciendo brotar chispas o humo. Aquí el Técpatl, se puede comparar con el pene que fecunda los huesos de la creación de la humanidad y es la doble representación del fuego de la muerte y el fuego de la vida. 
Esta creencia que relaciona al hombre con el fuego tiene vigencia en la actualidad en muchos pueblos. Los mixtecos oaxaqueños, por ejemplo, afirman que el hombre es fuego.

Otra deidad mesoamericana a la que se relaciona con la muerte es la diosa mixteca 9 Hierba quien era considerada un oráculo al que asistía la gente de linaje. En el Códice Selden quedó registrada una visita de la princesa 6 Mono para pedir consejo a esta deidad de la muerte. En esta imagen, la deidad está sentada en el Templo de la Muerte localizado en la dirección del sur en el actual Chalcatongo, en Oaxaca, México. Al rumbo del sur, Vehe Kihin, la tradición mixteca lo relaciona con la muerte. 
A la izquierda a la diosa 9 Hierba sentada en el Templo de la Muerte entregando
 a la señora 6 Mono armas para que luche para obtener el trono de Añute, Jaltepec.

Al sur de la Mixteca Alta existe una cueva que describre Fray Francisco de Burgoa como el sepulcro de los gobernantes que era venerada por todos los pueblos y estaba localizada en la Cumbre de Cervatillos, en el Señorío de Chalcatongo. Se consideraba a esta cueva un lugar de tránsito de las almas de los difuntos en su viaje al más allá. Burgoa escribió sobre esta cueva: Allí era la puerta o
tránsito para las amenas florestas, adonde iban las almas de los difuntos, toda la circunferencia

muy barrida y matizada de variedad de flores, que se crían en las frescuras de la montaña. La cueva tenía inmensidad de ídolos, de diversidad de figuras y variedad de materias de oro, metales, piedras, madera y lienzos de pinturas.

Dios egipcio Anubis. 
Museo de las culturas
Foto: Chico Sánchez
Al otro lado del mundo, en Egipto, en la figura del dios Anubis, el perro también estaba estrechamente relacionado con la muerte y el viaje del difunto al más allá. Anubis era representado como un perro, un chacal, un lobo o un hombre con cabeza de cánido. Esta deidad era el guardián de los cementerios, acogía a los difuntos en la puerta de su tumba y les llevaba al otro mundo. Anubis está presente en los Textos de las Pirámides y aparece como uno de los primeros dioses del más allá. En el Libro de las Cavernas este dios es el encargado de iluminar a los difuntos con la luna, que lleva en sus manos.

Una de las representaciones más curiosas de Anubis aparece en Heliópolis, en el papiro Jumilhac, donde la deidad está representada como una serpiente alada. Cerca de Egipto, al noreste, se encontraba Sumeria, la civilización mítica que floreció entre los rios Tigris y Eufrates, en la actual Irak. Hace cinco mil años, para los sumerios otra figura alada era relacionada con los muertos, el dios Zu, el hombre-pajaro. Según la tradición los espíritus de los difuntos al morir se cubrían de plumas. En la Epopeya de Gilgamesh, uno de los textos más antiguos de la humanidad, Eabani penetra en los infiernos gracias a un traje emplumado.


Estas imágenes de la muerte con seres alados se repiten también en la mitología de algunos pueblos del Mediterráneo. Por ejemplo, los etruscos, en la actual Italia, representaron a las lasas, genios femeninos dotados de alas con ojos que acompañaban a los difuntos a su última morada. Mientras que para los griegos, Tanatos era dios de la muerte y se le mostraba rodeado de sus hermanos, también alados, como Hipnos, el dios del sueño, y sus mil hijos entre los cuales están Oniro y Morfeo. Por último en otro pueblo del Mediterráneo, Roma, cuando un emperador moría se liberaba un aguila que debía conducir al cielo el alma del soberano. 
 Todas estas leyendas de seres alados podrían ser una herencia de los pueblos antiguos que poblaban Europa y que adoraban a la Diosa Pájaro. Esta deidad diosa de la vida,  era considerada también diosa de la muerte, cuando adoptaba la forma de un ave de presa, buitre, buho, cuervo o halcón. Para estos pueblos europeos la muerte era un paso hacia la vida y el proceso de regeneración tenía lugar en la tumba, simbolizada por el útero.

Siguiendo nuestro viaje por diversas civilizaciones y sus dioses de la muerte vamos a regresar a Mesoamérica y vamos a mostrar algunas similitudes curiosas de esta civilización con el hinduismo. 

Cihuateteo. 
Museo Nacional de Antropología de México
Foto: Blanca Adriana Camacho
Para los Mexica, la manera de morir era fundamental para el destino del difunto. La casa o cielo del sol estaba destinada a guerreros muertos en combate o capturados para el sacrificio. Las mujeres muertas durante el primer parto compartían el mismo destino que los guerreros ya que debían también mostrar su fortaleza ante las dificultades del parto. A estas mujeres que morían del primer parto se les consideraba diosas y recibían el nombre de Cihuateteo. Los guerreros muertos acompañaban al Sol cuatro años tras los cuales se convertían en colibríes, mientras que las mujeres muertas en parto acompañaban al Sol al otro lado del cielo y se volvían huesudas o descarnadas. Por eso algunos relacionan a las Cihuateteo con el inframundo o el lugar de los muertos.

Podemos encontrar una coincidencia interesante entre las representaciones del dios hindú Shiva o Sankara con las Cihuateteo mexicas. Este dios hindú, considerado destructor del mal y personificado por un enano, representa al ciclo de la creación, destrucción y renacimiento. Esta casado con Devi o Parvati, cuyo símbolo es el yoni (sexo femenino) mientras que su símbolo es el lingam, u organo sexual masculino. Su origen probablemente provenga de una deidad de la India prearia conocida como el Señor de los Animales. Shiva poseía cuatro rostros, cinco brazos, tres ojos y su garganta era azul. 

Como la Cihuateteo mesoamericana, Shiva, como dios de los espectros, está decorado con craneos. En el Museo de Antropología de la Ciudad de México, encontramos una imagen de Cihuateteo que lleva una corona o guirnalda de craneos en la cabeza en clara alusión a la muerte. En uno de los pasajes del Mahabharata, uno de los textos principales del hinduismo, encontramos una mención de estas guirnaldas en una escena donde uno de los héroes pandavas, Arjuna, está en la guerra cortando las cabezas de sus enemigos: ...que parecia como si Arjuna estuviera cortando flores para adorar a Sankara a quien le encantaban las guirnaldas de calaveras; asi de rapido era Arjuna con su arco y flechas... Si bien las comparaciones muchas veces pueden llevar por el camino equivocado, si no se tiene en cuenta el contexto, es una coincidencia interesante para al menos ser mencionada.

Cristo de la Salud. Catedral de Ciudad de México. 
Foto: Chico Sánchez
Concluimos, que muchos de estos dioses de la muerte lo son también de la vida y representan a ese ciclo que necesita el alma para regenerarse y volver a nacer en la tierra. Aunque pudieramos pensar que estos dioses de la muerte no están representados en las religiones judeocristianas, encontramos en el catolicismo un claro ejemplo de que la muerte sigue siendo, de alguna forma, venerada en esta religión. Muchas personas se preguntan al entrar en las iglesias porqué se muestran imágenes de Jesucristo sangrante, torturado, crucificado y en muchos casos muerto. Sin duda una respuesta la podríamos encontrar en que Jesús, además de ser el dios trae la vida y la resurrección, es al mismo tiempo una representación de lo que fueron los dioses de la muerte para los pueblos antiguos anteriores al cristianismo. 


Fuentes
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). México
Museo Nacional de Antropologia. Mexico
Museo de Arte prehispánico de México. Rufino Tamayo. Oaxaca, México
"Nights Errant: A Look at Wayward Lords of the Night" by Bruce Frumker. www.mesoweb.com
"Maya Hieroglyphic Writing: Introduction" by J. Eric S. Thompson. www.mesoweb.com
"Reflections on the Codex Style and the Princeton Vessel" by Erik Velásquez García. www.mesoweb.com
Historia, literatura e ideología de Nuu Dzaui. El códice Añute y su contexto histórico-cultural. Aut. Maarten Jansen y Gabina
Mujer divina, mujer terrena. Modelos femeninos. en el mundo mexica y maya. Aut. Miriam López Hernández y Aurora Pérez Jiménez. Ed. Voces del Fondo
La calavera. Aut. Paul Westheim. Ed. Fondo de Cultura Económica
Geográfica descripción. Aut. Francisco Burgo. Ed. Porrua
En torno a Mictlantecuhtli. Aut. Raúl del Moral. Revista Estudios mesoaméricanos.
Gran diccionario de mitologia egipcia. Aut. Elisa Castel. Biblioteca Upasika www.egiptologia.com
Dios nacio mujer. Aut. Pepe Rodriguez. Ed. Ediciones B
Fauna Mexicana: Naturaleza y simbolismo. Aut. Miguel Angel Nicolas Careta. Ed. Leiden
Los misterios de los celtas. Aut. Stefano Mayorca. Ed. De Vecchi
Ramayana. Aut. Valmiqui. Ed. Porrua S.A.
Mahabharata. Aut. Vyasa. ED. Edicomunicacion
Enciclopedia britanica.
Arqueología Mexicana 
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