El Sexo III. Sexualidad

El sexo es una de las manifestaciónes humanas que más polémica y división de opiniones produce en la sociedad. Mientras que la práctica del sexo ha sido marginada o perseguida por muchas culturas, en otras la sexualidad fue vista como un acto natural y como una actividad muy importante. Algunas religiones, especialmente las de origen judío, han sido las que más la han perseguido.
Esculturas en barro de Tlatilco en la capital de México.
Observamos en la foto los dos lados de la figura.
El sexo es una de las manifestaciónes humanas que más polémica y división de opiniones produce en la sociedad. Mientras que la práctica del sexo ha sido marginada o perseguida por muchas culturas, en otras la sexualidad fue vista como un acto natural y como una actividad muy importante. Algunas religiones, especialmente las de origen judío, han sido las que más la han perseguido.

El orígen de la palabra sexo podría darnos una pista del por qué esta división. La hipótesis sería que, aunque fuera de forma anecdótica, la palabra sexo provendría de la expresión secare, que significa cortar, separar o dividir. De forma similar al significado de esta palabra, el mundo está dividido entre los que ven la sexualidad como una oportunidad para su desarrollo personal y los que la condenan como una actividad inmoral. A continuación, brevemente, vamos a dar un repaso por este fascinante y a la vez polémico tema de la sexualidad.

La culminación del acto sexual es el orgasmo, palabra que proviente del latin orgasmus y esta a su vez del griego orgasmós que significa cólera o excitación. Según algunos expertos, la salud mental de las personas depende de su capacidad para tener orgasmos, la ausencia de estos provoca enfermedades emocionales y para su curación es esencial disfrutar plenamente del sexo y por lo tanto recuperar la capacidad natural para amar.

El orígen de la palabra sexo podría darnos una pista del por qué esta división. La hipótesis sería que, aunque fuera de forma anecdótica, la palabra sexo provendría de la expresión secare, que significa cortar, separar o dividir. De forma similar al significado de esta palabra, el mundo está dividido entre los que ven la sexualidad como una oportunidad para su desarrollo personal y los que la condenan como una actividad inmoral. A continuación, brevemente, vamos a dar un repaso por este fascinante y a la vez polémico tema de la sexualidad.
Vasija de la cultura Mochica peruana donde se muestra
a una pareja realizando el acto sexual.
Muchas de las enfermedades psíquicas provienen de la represión de la sexualidad. Nuestra civilización, mecanizada y autoritaria basada en las prohibiciones, ha incapacitado al ser humano para poder actuar libre e independientemente con respecto al sexo. Las energías vitales de los seres humanos necesitarían regularse naturalmente, sin la necesidad del deber o de la moralidad compulsiva.

Nuestra sociedad educa inculcando un temor a vivir con libertad y al sexo libre. La participación consciente y responsable del individuo ha sido sustituida por el control represivo de las instituciones. Las normas morales crean miedo a sentir placer y a vivir una vida independiente.

El ser humano moderno crea una armadura contra su propia naturaleza sexual que produce aislamiento, necesidad de autoridad, miedo a la responsabilidad, pobreza sexual y enfermedades psicológicas. El miedo y la impotencia de las masas ha favorecido un gran aumento de la violencia en la sociedad.

Mientras que una gran parte de la sociedad actual concibe el sexo como inmoral, muchas culturas de la antigüedad, algunas vivas, consideran el sexo como una actividad natural y sagrada.

Por ejemplo, en la civilización Sumeria de hace cinco mil años, la unión sexual era vista como símbolo de creatividad y fertilidad. El acto sexual era más transcendente que la simple necesidad de procrear y un medio para el desarrollo espiritual. Por esto, Innana, la diosa del amor, estaba considerada como una gran prostituta.

San Agustín, el denominado padre de la iglesia católica, afirmaba que nada hacía descender la mente viril de las alturas a tal grado, como las caricias de una mujer y se sentía culpable de su experiencia sexual pasada. Para él, la sexualidad y la procreación eran inseparables y sostenía que "el deseo sexual es una tendencia animal, pero podría ser justificada y orientada hacia el bien, siempre y cuando el acto sexual tuviera como finalidad la procreación".      Con la Biblia se exhortaba a crecer y multiplicarse, siendo el sexo reproductivo una obligación y el sexo sin hijos una ofensa o una maldición. Se condenaba así la prostitución, la homosexualidad y la masturbación. No porque estuvieran mal como actividades, sino porque no cumplian el mandato divino de procrear y traer nuevos miembros a la comunidad, los cuales se necesitaban como mano de obra o para las contínuas guerras.
El Pensador masturbandose en la glesia de
San Martin de Elines en Cantabria, España.
(Cortesía www.romanicodigital.com)
En los templos dedicados a esta diosa se practicaba la prostitución sagrada o hieroduleia, un rito sexual en donde las mujeres, frecuentemente vírgenes, se ofrecían a los extranjeros. Se dice que esta diosa decretó que las vírgenes babilónicas sirvieran en su templo y que al menos una vez en su vida debían tener relaciones con extranjeros. Las escrituras hebreas mencionan la actividad de hieroduleia, tanto masculinas (qodesh) como femeninas (quedusheah) incluso en el templo de Jerusalem.

Al otro lado del mundo, en América,  Bartolomé de las Casas, menciona que los jóvenes de las clases altas nahuas tenían concubinas llamadas tlacatcauili y era un estilo de vida aceptado. Como lo hacían otros grupos sociales, las prostitutas veneraban a su propia diosa: Xochiquetzal, la venus nahua como la calificó Bernardino de Sahagún. Otra diosa Tlazoltéotl también era muy importante para las prostitutas, aunque Xochiquetzal era la diosa principal del amor.

Durante las festividades en honor de esta diosa, las prostitutas hacían sacrificios y le llevaban ofrendas. Es más, aquellas que nacían el quinto día del mes, que era el día de Xochiquetzal y de Tlazoltéotl estaban destinadas a convertirse en prostitutas.

En el Códice Florentino se dan otros detalles como el uso de la hierba poyomatli para intensificar el deseo sexual. Según algunos cronistas esta planta tenía flores aromáticas con propiedades alucinógenas. El Florentino sostiene que la prostituta consumía también hongos alucinogenos. Este hábito se extendía en ciertos círculos y se refiere al uso del teonanacatl, " el hongo de los dioses". La misma fuente expresa que la prostitua tomaba constantemente pulque, el vino nativo. Además, en esta fuente se da otra descripción de la prostituta que se refiere a la auiani "la que huele bien, la que hace feliz a la gente".

Al principio de la producción agrícola, el hombre preparaba la tierra y la mujer sembraba la semilla. Por eso en Mesoamérica, el varón utilizaba simbólicamente la coa (como su miembro viril) para preparar la tierra y la mujer depositaba la semilla.

Al principio de la producción agrícola, el hombre preparaba la tierra y la mujer sembraba la semilla. Por eso en Mesoamérica, el varón utilizaba simbólicamente la coa (como su miembro viril) para preparar la tierra y la mujer depositaba la semilla.
Falos en la ciudad maya de Uxmal, Yucatán, México
También hay indicios de que los mayas tenían objetos sexuales de madera, usados como consoladores y nombrados pudorosamente en un reporte arqueológico como efigie fálica. En el cenote de Chichén Iztá se encontró un consolador de madera que estaba en las capas más hondas.

Para los mayas, ka significa cópula, o la muy difundida palabra maya tsay, que significa unión pegajosa, del maya yucateco. En la cultura maya se han encontrado imágenes relativas a la homosexualidad, como por ejemplo la de la cueva Naj Tunich, en Guatemala, donde tienen sexo un joven y un viejo.

En la India, el mundo entero es considerado producto de un movimiento rítmico y perpetuo donde el sexo es acción, juego y lucha. En el hinduismo existen prostitutas sagradas que se llaman devadasis "sirvientas de los dioses" y "esposas del dios", por lo que no pueden casarse y son dedicadas a la diosa Yellama desde que tienen ocho años aproximadamente.

En el Kama Sutra los sinónimos de "orgasmo" son: placer, deleite, amor, satisfacción, pasión, eyacular, cumplir. Los sinónimos de "hacer el amor" son: relación sexual, unión, tabú, acostarse, éxtasis.

Según este libro, en sus leyes del harem, los maridos de cada una de las mujeres tenían que satisfacerlas o bien cada uno por separado o todos a la vez. Uno la sostenía, otro se ocupaba de la cara, otro de la vagina y otro de la parte media de su cuerpo. Así debían hacerlo por turnos y variando. El mismo planteamiento valía también para la prostituta tomada por un grupo de hombres. Entre los habitantes del Sur era bien vista también la unión baja, anal.

Una cerámica mochica de una pareja teniendo relaciones  sexuales con su hijo al lado expuesta en el museo Mali  de Lima, Perú. Amplía la imagen para ver los detalles.
Una cerámica mochica de una pareja teniendo relaciones
sexuales con su hijo al lado expuesta en el museo Mali
de Lima, Perú. Amplía la imagen para ver los detalles.
Este libro que incluye gran cantidad de posturas y técnicas para tener relaciones sexuales también incluye mecanismos artificiales. Estos han de ser de oro, plata, cobre, hierro, marfil, cuerno de búfalo, estaño o plomo, suaves, con un efecto refrescante o violentos. Para Vatsyayana, autor del Kama Sutra, estos objeros podrían ser de madera o como a uno más le gustara.

Las cortesanas de los antiguos hindúes, llamadas vesyas, constituían un elemento muy importante en la sociedad. Estas mujeres recibían una preparación cultural superior a la que recibían las mujeres destinadas a ser madres de familia y se les permitía alternar con la sociedad varonil. A cambio de este privilegio social perdían la buena fama.

Los distintos tipos de amante masculino, en relación con el órgano sexual, eran liebre, toro y caballo. La amante, por el contrario, podía ser cierva, yegua o mujer elefante.

También en la India, en el Mahabharata podemos leer: En aquel mismo bosque vivían un rishi y su esposa. Estaban muy enamorados el uno del otro y deseaban disfrutar de los placeres del amor sin ninguna restricción. Dado que sólo los animales viven en esa conciencia sin ninguna otra alternativa, el rishi y su esposa se convirtieron en una pareja de ciervos y siempre estaban juntos.

En América también se encuentran historias que mencionan el sexo con animales, por ejemplo, en una historia andina de Perú se habla de un hombre sodomizado por un puma, gozando de la relación con el animal.

En el tantrismo, una de las tendencias del hinduismo moderno, se realizan rituales para despertar las fuerzas latentes en el organismo humano y alcanzar el punto máximo de gozo y unidad. Estos actos simbólicos producen alteraciones de la conciencia convirtiendose en la manifestación de ese poder.

También en el continente asiático, en la antigua China, la sexualidad era considerada una actividad natural. En su tradición no existe el pecado original y por lo tanto el sexo no está acompañado de un sentimiento de culpabilidad.

También en Grecia, los símbolos fálicos mantuvieron especial relación con la vida de ultratumba, tal y como acreditan los cultos eleusinos y dionisiacos. Este íntimo vínculo entre la sexualidad y el mundo subterraneo encuentra una de sus manifestaciones en la parafernalia que rodea la figura de Dionisos. Esta deidad ofertaba a sus fieles valores tales como la inmortalidad, la prosperidad o la fecundidad de la tierra. A cambio, el culto requerido por el dios, se hallaba abundantemente provisto de ritos orgiasticos, como parte integrante de sus ceremonias religiosas.  Los romanos usaban amuletos en forma de penes como protección contra las enfermedades. Y por otro lado tenían un carácter de talismán de la buena suerte. El falo estaba asociado al poder fecundante de la naturaleza, como tal era venerado en la personificación del dios Fascinum, divinidad esta entre cuyas atribuciones destacan las de hacer frente al fascinum o "mal de ojo", producir la germinacion de las plantas secas y favorecer el alumbramiento de las hembras esteriles.
Los romanos usaban amuletos en forma de penes como
protección contra las  enfermedades, como talismanes
de la buena suerte y como protectores contra el mal
de ojo o fascinum. Miniaturas expuestas en el
Museo Histórico Municipal de Villamartín.
Existieron en la China antigua los llamados libros de alcoba que circularon libremente hasta la dinastía Song (960-1279 AC); novelas y cuentos eróticos o semipornográficos. Existían ilustraciones eróticas con textos de la tradicion taoista y libros moralistas religiosos donde se establecían normas sobre las prácticas sexuales.


Para los taoistas el fin del acto sexual era garantizar salud y larga vida a los miembros de la pareja. El hombre no debía derramar el semen y perder lo que constituye su esencia vital por eso se desarrolló una técnica que permitiera al hombre satisfacer a la mujer sin llegar a la eyaculación. Según la creencia popular, el semen retenido, volvía a su lugar de origen, el cerebro y era fuente de energía y vigor.

Mientras que la masturbación estaba vedada para el hombre, la femenina llegó a ser común. Como se practicaba la poligamia en las clases altas, el hombre estaba casado con muchas mujeres a las que no podía satisfacer plenamente, para esto se fabricaron una gran cantidad de objetos para la masturbación femenina.

Con la aparición del Confucianismo, la tradición fundada por Confucio (551-479), la sociedad primitiva china liberada sexualmente fue poco a poco transformandose en una sociedad puritana. La sexualidad pasó a ser controlada y se comenzaron a censurar tanto los textos como las prácticas sexuales.

El confucianismo, como el catolicismo en Roma, avalaba a la familia y al matrimonio, pero no a la actividad sexual como fuente de gozo y felicidad. Se restringieron las libertades sexuales y la poligamia se siguió permitiendo para garantizar mayor descendencia. En la mujer se valoraban la virtud, la discrección, la tolerancia y el recato.

La mujer en la China de Confucio, cuyo destino era el matrimonio, para ser civilizada y respetable debía permanecer recluida; se le apartaba de cualquier educación práctica; y si era viuda debía permanecer casta y no volverse a casar. En la cumbre del puritanismo se llegó a obligar a la viuda a suicidarse cuando el marido moría.

A mediados del siglo XVII, se habían acabado en China por completo las novelas eróticas y se producían muy pocas pinturas con temas sexuales. En el apogeo del puritanismo de la dinastía Qing (del siglo XVII al XX), el sexo se vuelve algo totalmente privado y se destruyen muchos textos de tema sexual considerados como inmorales. Gran parte de la literatura erótica se conservó gracias a las copias que existían en Japón.

Entre los griegos antiguos, el criterio de tres coitos seguidos marcaba el haber llegado a la juventud. El hedonismo grecorromano aceptaba parcialmente la homosexualidad, la bisexualidad y el aborto; la etimología de fornicación, derivaba del acto de las trabajadoras sexuales romanas bajo los arcos de puentes (fornos) y acueductos.

También hay indicios de que los mayas tenían objetos sexuales de madera, usados como consoladores y nombrados pudorosamente en un reporte arqueológico como efigie fálica. En el cenote de Chichén Iztá se encontró un consolador de madera que estaba en las capas más hondas.  Para los mayas, ka significa cópula, o la muy difundida palabra maya tsay, que significa unión pegajosa, del maya yucateco. En la cultura maya se han encontrado imágenes relativas a la homosexualidad, como por ejemplo la de la cueva Naj Tunich, en Guatemala, donde tienen sexo un joven y un viejo.
Orgía hetero y homosexual en una escultura de Tlatilco,
cultura mesoamericana del valle de México.
También en Grecia, los símbolos fálicos mantuvieron especial relación con la vida de ultratumba, tal y como acreditan los cultos eleusinos y dionisiacos. Este íntimo vínculo entre la sexualidad y el mundo subterraneo encuentra una de sus manifestaciones en la parafernalia que rodea la figura de Dionisos. Esta deidad ofertaba a sus fieles valores tales como la inmortalidad, la prosperidad o la fecundidad de la tierra. A cambio, el culto requerido por el dios, se hallaba abundantemente provisto de ritos orgiasticos, como parte integrante de sus ceremonias religiosas.

Los romanos usaban amuletos en forma de penes como protección contra las enfermedades. Y por otro lado tenían un carácter de talismán de la buena suerte. El falo estaba asociado al poder fecundante de la naturaleza, como tal era venerado en la personificación del dios Fascinum, divinidad esta entre cuyas atribuciones destacan las de hacer frente al fascinum o "mal de ojo", producir la germinacion de las plantas secas y favorecer el alumbramiento de las hembras esteriles.

También para proteger de peligros a los lugares. Se colocaban figuraciones fálicas en puntos tales como las esquinas, los balcones, las puertas, las termas o las murallas de algunas ciudades.

Uno de los libros más importantes que provocará la condena y represión del sexo en occidente es el Antiguo Testamento. En este libro se pueden encontrar algunos textos que parecen tener contenido sexual. Por ejemplo en Cantares 7(6-9) atribuido al rey Salomón, encontramos una de las descripciones más cercanas a la sensualidad, en ella describe el esposo a la esposa:

Cuán bella eres, amor mío,
¡Cuán encantadora en tus delicias!
Tu talle se asemeja al talle de la palmera,
y tus pechos a sus racimos.
Me dije: "Me treparé a la palmera;
de sus racimos me adueñaré."
¡Sean tus pechos como racimos de uvas,
tu aliento cual fragancia de manzanas,
y como el buen vino tu boca!

También en la Biblia, Moises expone qué tipo de relaciones sexuales no se deberían realizar. El texto indica, por ejemplo, no tener sexo con familiares, con una mujer que tiene su periodo menstrual que llama "impureza sexual" o tener sexo con un animal.

San Agustín, el denominado padre de la iglesia católica, afirmaba que nada hacía descender la mente viril de las alturas a tal grado, como las caricias de una mujer y se sentía culpable de su experiencia sexual pasada. Para él, la sexualidad y la procreación eran inseparables y sostenía que "el deseo sexual es una tendencia animal, pero podría ser justificada y orientada hacia el bien, siempre y cuando el acto sexual tuviera como finalidad la procreación".

Con la Biblia se exhortaba a crecer y multiplicarse, siendo el sexo reproductivo una obligación y el sexo sin hijos una ofensa o una maldición. Se condenaba así la prostitución, la homosexualidad y la masturbación. No porque estuvieran mal como actividades, sino porque no cumplian el mandato divino de procrear y traer nuevos miembros a la comunidad, los cuales se necesitaban como mano de obra o para las contínuas guerras.

Fuentes
La prostitución entre los nahuas
El Románico erótico. Lujuria en los templos cristianos
Sexo y Arte Románico
Reich Wilhem; The function of the Orgasm. The Nonday Press 
La prostitución entre los Nahuas. Aut. José Antonio Flores Farfán y Jan G. R. Elferink  
Col. animales y sexualidad en la historia y la antropología mesoamericana. Guilhem Olivier y Jaime Echeverría García.
La vida sexual en la antigua China. Aut. Robert Hans van Gulik. Ed. Ediciones Siruela
Sexualidad en China. Aut. Flora Botton Beja y Romer Cornejo Bustamante
Estudio del pasado como guía moral y como medio de legitimar el poder en China. Aut. Rosa Elena Moncayo.  
Amuletos fálicos romanos inéditos de las provincias de Madrid y Toledo
www.felixrodrigomora.org
www.romanicodigital.com
www.elcastellano.org
dicciomed.eusal.es
La Biblia Online 




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