La Muerte: Dioses de la muerte. Parte III

Dios de la Muerte.
Museo de Arte Prehispánico
Rufino Tamayo, Oaxaca
Foto: Chico Sánchez


Los dioses que representan a la muerte han sido siempre importantes para las diferentes culturas de la humanidad. La muerte, como parte final de la vida y al mismo tiempo de la regeneración, ha sido representada de formas muy diversas. Vamos entonces a compartir algunas historias sobre estos dioses de la muerte.

Empezamos por Mictlantecuhtli, dios Mexica de la muerte, su nombre proviene del náhuatl y  significa el señor del lugar de los muertos. Sahagún, en su Historia General de las Cosas de la Nueva España dice que los familiares del recién difunto, hablándole, le dijeron: ya os llevó el dios que se llama Mictlantecuhtli y por otro nombre Aculnahuácatl o Tzontémoc y la diosa que se llama Mictecacihuatl, ya os puso por su asiento…  

Posteriormente menciona que daban al difunto las siguientes indicaciones: Veis aquí con que habéis de pasar el en medio de dos sierras que están encontrándose una con otra… con que habéis de pasar el camino donde está la lagartija verde que se dice xochitonal… los ocho páramos… ocho collados… el viento de navajas que se llama itzehecayan… y en llegando los difuntos ante...Mictlantecuhtli ofrecíanle y presentábanle los papeles que llevaban… A los ochenta días lo quemaban… porque decían que todas las ofrendas que hacían por los difuntos en este mundo, iban delante...(de) Mictlantecuhtli.… y así en este lugar del infierno que se llama Chiconaumictlan, se acababan y fenecían los difuntos.   

El Mictlan o lugar de los descarnados tenía nueve niveles, por eso, el difunto debía atravesar los ocho niveles del inframundo y al llegar al noveno se encontraba con Mictlantecuhtli y era ahí donde realmente moría. En la creencia Mexica un perro era sacrificado cuando moría su dueño ya que se pensaba que el animal conducía al fallecido al Mictlan, ayudando a su dueño a cruzar el río que antecedía al noveno nivel del inframundo.
Figura del Dios del Fuego wirarika (huichol).
Foto tomada en 1895 por Carl Lumholtz.
México a través de la fotografía.
Museo Nacional de Arte. México

El nombre en Náhuatl de este perro nativo es el de Xoloescuintle, una raza de perro nativo. En Mesoamérica, estos perros  estaban relacionados con gran cantidad de actividades domésticas y religiosas, servían de alimento, de compañía y como protección de vivos y muertos. Fueron personajes de mitos y leyendas, animales de sacrificio y símbolos calendáricos. 

Según la leyenda de los soles, un texto nahuatl que explica la creación de la humanidad, los primeros seres humanos fueron creados con huesos de difuntos. Quetzalcoatl va al Mictlan, el inframundo, en donde se encuentra con Mictlantecutli quién le entrega los huesos con los cuales da vida al género humano. En Tamoanchan, uno de los lugares de origen, la diosa de la tierra muele los huesos en el metate y Quetzalcoatl fecunda esta masa con la sangre que se saca del pene.  

Mictlantecutli en algunas representaciones tiene la nariz en forma de Técpatl, un pedernal o navaja que se usa para el fuego nuevo. Con este pedernal se frota la piedra para producir el fuego, haciendo brotar chispas o humo. Aquí el Técpatl, se puede comparar con el pene que fecunda los huesos de la creación de la humanidad y es la doble representación del fuego de la muerte y el fuego de la vida. 
Esta creencia que relaciona al hombre con el fuego tiene vigencia en la actualidad en muchos pueblos. Los mixtecos oaxaqueños, por ejemplo, afirman que el hombre es fuego.

Otra deidad mesoamericana a la que se relaciona con la muerte es la diosa mixteca 9 Hierba quien era considerada un oráculo al que asistía la gente de linaje. En el Códice Selden quedó registrada una visita de la princesa 6 Mono para pedir consejo a esta deidad de la muerte. En esta imagen, la deidad está sentada en el Templo de la Muerte localizado en la dirección del sur en el actual Chalcatongo, en Oaxaca, México. Al rumbo del sur, Vehe Kihin, la tradición mixteca lo relaciona con la muerte. 
A la izquierda a la diosa 9 Hierba sentada en el Templo de la Muerte entregando
 a la señora 6 Mono armas para que luche para obtener el trono de Añute, Jaltepec.

Al sur de la Mixteca Alta existe una cueva que describre Fray Francisco de Burgoa como el sepulcro de los gobernantes que era venerada por todos los pueblos y estaba localizada en la Cumbre de Cervatillos, en el Señorío de Chalcatongo. Se consideraba a esta cueva un lugar de tránsito de las almas de los difuntos en su viaje al más allá. Burgoa escribió sobre esta cueva: Allí era la puerta o
tránsito para las amenas florestas, adonde iban las almas de los difuntos, toda la circunferencia

muy barrida y matizada de variedad de flores, que se crían en las frescuras de la montaña. La cueva tenía inmensidad de ídolos, de diversidad de figuras y variedad de materias de oro, metales, piedras, madera y lienzos de pinturas.

Dios egipcio Anubis. 
Museo de las culturas
Foto: Chico Sánchez
Al otro lado del mundo, en Egipto, en la figura del dios Anubis, el perro también estaba estrechamente relacionado con la muerte y el viaje del difunto al más allá. Anubis era representado como un perro, un chacal, un lobo o un hombre con cabeza de cánido. Esta deidad era el guardián de los cementerios, acogía a los difuntos en la puerta de su tumba y les llevaba al otro mundo. Anubis está presente en los Textos de las Pirámides y aparece como uno de los primeros dioses del más allá. En el Libro de las Cavernas este dios es el encargado de iluminar a los difuntos con la luna, que lleva en sus manos.

Una de las representaciones más curiosas de Anubis aparece en Heliópolis, en el papiro Jumilhac, donde la deidad está representada como una serpiente alada. Cerca de Egipto, al noreste, se encontraba Sumeria, la civilización mítica que floreció entre los rios Tigris y Eufrates, en la actual Irak. Hace cinco mil años, para los sumerios otra figura alada era relacionada con los muertos, el dios Zu, el hombre-pajaro. Según la tradición los espíritus de los difuntos al morir se cubrían de plumas. En la Epopeya de Gilgamesh, uno de los textos más antiguos de la humanidad, Eabani penetra en los infiernos gracias a un traje emplumado.


Estas imágenes de la muerte con seres alados se repiten también en la mitología de algunos pueblos del Mediterráneo. Por ejemplo, los etruscos, en la actual Italia, representaron a las lasas, genios femeninos dotados de alas con ojos que acompañaban a los difuntos a su última morada. Mientras que para los griegos, Tanatos era dios de la muerte y se le mostraba rodeado de sus hermanos, también alados, como Hipnos, el dios del sueño, y sus mil hijos entre los cuales están Oniro y Morfeo. Por último en otro pueblo del Mediterráneo, Roma, cuando un emperador moría se liberaba un aguila que debía conducir al cielo el alma del soberano. 
 Todas estas leyendas de seres alados podrían ser una herencia de los pueblos antiguos que poblaban Europa y que adoraban a la Diosa Pájaro. Esta deidad diosa de la vida,  era considerada también diosa de la muerte, cuando adoptaba la forma de un ave de presa, buitre, buho, cuervo o halcón. Para estos pueblos europeos la muerte era un paso hacia la vida y el proceso de regeneración tenía lugar en la tumba, simbolizada por el útero.

Siguiendo nuestro viaje por diversas civilizaciones y sus dioses de la muerte vamos a regresar a Mesoamérica y vamos a mostrar algunas similitudes curiosas de esta civilización con el hinduismo. 

Cihuateteo. 
Museo Nacional de Antropología de México
Foto: Blanca Adriana Camacho
Para los Mexica, la manera de morir era fundamental para el destino del difunto. La casa o cielo del sol estaba destinada a guerreros muertos en combate o capturados para el sacrificio. Las mujeres muertas durante el primer parto compartían el mismo destino que los guerreros ya que debían también mostrar su fortaleza ante las dificultades del parto. A estas mujeres que morían del primer parto se les consideraba diosas y recibían el nombre de Cihuateteo. Los guerreros muertos acompañaban al Sol cuatro años tras los cuales se convertían en colibríes, mientras que las mujeres muertas en parto acompañaban al Sol al otro lado del cielo y se volvían huesudas o descarnadas. Por eso algunos relacionan a las Cihuateteo con el inframundo o el lugar de los muertos.

Podemos encontrar una coincidencia interesante entre las representaciones del dios hindú Shiva o Sankara con las Cihuateteo mexicas. Este dios hindú, considerado destructor del mal y personificado por un enano, representa al ciclo de la creación, destrucción y renacimiento. Esta casado con Devi o Parvati, cuyo símbolo es el yoni (sexo femenino) mientras que su símbolo es el lingam, u organo sexual masculino. Su origen probablemente provenga de una deidad de la India prearia conocida como el Señor de los Animales. Shiva poseía cuatro rostros, cinco brazos, tres ojos y su garganta era azul. 

Como la Cihuateteo mesoamericana, Shiva, como dios de los espectros, está decorado con craneos. En el Museo de Antropología de la Ciudad de México, encontramos una imagen de Cihuateteo que lleva una corona o guirnalda de craneos en la cabeza en clara alusión a la muerte. En uno de los pasajes del Mahabharata, uno de los textos principales del hinduismo, encontramos una mención de estas guirnaldas en una escena donde uno de los héroes pandavas, Arjuna, está en la guerra cortando las cabezas de sus enemigos: ...que parecia como si Arjuna estuviera cortando flores para adorar a Sankara a quien le encantaban las guirnaldas de calaveras; asi de rapido era Arjuna con su arco y flechas... Si bien las comparaciones muchas veces pueden llevar por el camino equivocado, si no se tiene en cuenta el contexto, es una coincidencia interesante para al menos ser mencionada.

Cristo de la Salud. Catedral de Ciudad de México. 
Foto: Chico Sánchez
Concluimos, que muchos de estos dioses de la muerte lo son también de la vida y representan a ese ciclo que necesita el alma para regenerarse y volver a nacer en la tierra. Aunque pudieramos pensar que estos dioses de la muerte no están representados en las religiones judeocristianas, encontramos en el catolicismo un claro ejemplo de que la muerte sigue siendo, de alguna forma, venerada en esta religión. Muchas personas se preguntan al entrar en las iglesias porqué se muestran imágenes de Jesucristo sangrante, torturado, crucificado y en muchos casos muerto. Sin duda una respuesta la podríamos encontrar en que Jesús, además de ser el dios trae la vida y la resurrección, es al mismo tiempo una representación de lo que fueron los dioses de la muerte para los pueblos antiguos anteriores al cristianismo. 


Fuentes
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). México
Museo Nacional de Antropologia. Mexico
Museo de Arte prehispánico de México. Rufino Tamayo. Oaxaca, México
"Nights Errant: A Look at Wayward Lords of the Night" by Bruce Frumker. www.mesoweb.com
"Maya Hieroglyphic Writing: Introduction" by J. Eric S. Thompson. www.mesoweb.com
"Reflections on the Codex Style and the Princeton Vessel" by Erik Velásquez García. www.mesoweb.com
Historia, literatura e ideología de Nuu Dzaui. El códice Añute y su contexto histórico-cultural. Aut. Maarten Jansen y Gabina
Mujer divina, mujer terrena. Modelos femeninos. en el mundo mexica y maya. Aut. Miriam López Hernández y Aurora Pérez Jiménez. Ed. Voces del Fondo
La calavera. Aut. Paul Westheim. Ed. Fondo de Cultura Económica
Geográfica descripción. Aut. Francisco Burgo. Ed. Porrua
En torno a Mictlantecuhtli. Aut. Raúl del Moral. Revista Estudios mesoaméricanos.
Gran diccionario de mitologia egipcia. Aut. Elisa Castel. Biblioteca Upasika www.egiptologia.com
Dios nacio mujer. Aut. Pepe Rodriguez. Ed. Ediciones B
Fauna Mexicana: Naturaleza y simbolismo. Aut. Miguel Angel Nicolas Careta. Ed. Leiden
Los misterios de los celtas. Aut. Stefano Mayorca. Ed. De Vecchi
Ramayana. Aut. Valmiqui. Ed. Porrua S.A.
Mahabharata. Aut. Vyasa. ED. Edicomunicacion
Enciclopedia britanica.
Arqueología Mexicana 

México Invisible - Museo de Arte Contemporaneo, Sofía, Bulgaria - Chico Sánchez con Ojos que Sienten

(Foto ©Alberto Loranca/OQS-Derechos Reservados)
Varios de mis audiovisuales se van a proyectar en un festival que se celebrará entre el 5 y el 17 de noviembre en el Arsenal de Sofía - Museo de Arte Contemporaneo de Sofía, Bulgaria.

Mis presentaciones forman parte de la exposición fotográfica México Invisible y los protagonistas principales son los fotógrafos ciegos y débiles visuales de Ojos que Sienten, asociación con la que vengo colaborando desde hace ya varios años.

Ha sido una experiencia muy enriquecedora trabajar con estos fotógrafos los últimos años ya que ellos me han enseñado el verdadero significado de la comunicación usando una cámara.

A continuación están todos los audiovisuales que he realizado con fotógrafos de Ojos que Sienten.

 Para conocer todos los proyectos de Ojos que Sienten visita su web www.ojosquesienten.com

México. Alma Natural

Portada del libro México Alma Natural por Chico Sánchez
Se acaba de imprimir mi primer libro de fotografía titulado México Alma Natural.

La editorial mexicana AM Editores ha diseñado un libro de arte con fotografías de espacios naturales de mis viajes por México en los últimos años.

El libro incluye fotos de lugares que van desde Baja California hasta la Reserva de la Biósfera El Triunfo, en Chiapas, hogar del mítico Quetzal. Estas imágenes van acompañadas por textos poéticos escritos por Alejandra Uhthoff en inglés y español.

Una de las páginas interiores de México. Alma Natural por Chico Sánchez
Si quieres recibir una copia de este libro puedes pedir una copia usando este enlace.

 En esta primera edición se imprimieron 7,000 copias de 263 páginas.

Trabajar con AM Editores ha sido una gran experiencia. Sus diseñadores tienen mucho talento y doy las gracias a todo su equipo por el esmero que han puesto en esta obra.

Estoy orgulloso de participar de un proyecto en el cual se muestra el lado positivo de México y que promueve el amor por la naturaleza. Espero que la obra ayude a crear conciencia de lo importante que es conservar los espacios naturales y la vida que estos acogen.

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Librerías de México donde puedes comprar mi libro de fotografía Mexico, Alma Natural
  
Fondo de Cultura
El Sótano
Gandhi
Educal
Pendulo
Porrúa
Lugar de la Mancha
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Liverpool
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Mis gatos me ayudan a contar las 150 copias del libro que me entregó la editorial (De una primera edición de 7,000)



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La Muerte: Dia de Muertos. Parte 2

Representacion de la vida y la muerte. Pueblo mixteco
Codice Vindobonensis. Biblioteca Nacional Austriaca
En esta segunda parte de nuestro espacio dedicado a la muerte vamos a escribir sobre algunas ceremonias, ofrendas, y rituales relacionados con diversas festividades de culturas del mundo.

Comenzamos por América. Para los pueblos mesoamericanos las celebraciones en honor a los ancestros son uno de los acontecimientos más importantes. Las antiguas tradiciones se fusionaron con las culturas europeas tras la conquista, pero aun conservan gran parte de su esencia mesoamericana.

Un ejemplo de la presencia de los antiguos rituales en las tradiciones del Dia de Muertos podemos encontrarlo en el Popol Vuh, Libro del Consejo o Libro de la Comunidad, escrito en 1550 que recoge parte de la tradición oral de los mayas quiché. El texto dice:

Y cuando las cañas de maíz volvieron a retoñar, la abuela quemó copal delante de las cañas, en recuerdo de sus nietos. (Los gemelos divinos que habían muerto)
Y cuando la segunda vez retoñaron las cañas de maíz, la abuela Ixmucané se alegró mucho y así comenzó la abuela la adoración. 

Flores de cempaxóchitl en la Ciudad de México.
(Foto: Chico Sánchez)
El copal es hoy, como entonces, un elemento importante en las ofrendas dedicadas a los difuntos que regresan cada año, al igual que los retonos del maíz. Esta relación entre la vida y la muerte la observamos también en una imagen del Códice Vindobonensis, que muestra a una persona muerta, lo cual se sabe porque tiene los ojos cerrados y su posición es igual a la de los enterramientos que se han encontrado en la zona. El maíz, como la persona que muere, va a la tierra para después renacer de ella cada año. Igual, los difuntos regresan desnudos a la tierra de donde nacieron y cada año retornan para encontrarse con sus parientes.

Otro elemento importante en las celebraciones del día de los muertos es la flor del Cempaxochitl. Esta flor amarilla se usa para decorar las tumbas en la noche del día de muertos y con sus pétalos se hace un camino desde la casa de los parientes del difunto hasta la tumba.

Encontramos una relación de esta flor con la muerte en uno de los mitos mesoamericanos. En idioma zapoteco, murciélago, significa mariposa de carne y se escribe Bigidiri Zinia. El mito cuenta que el murciélago nació de la sangre de Quetzalcoatl, la serpiente emplumada. Según esta leyenda del nacimiento del dios Murciélago, el Códice Magliabecchi, nos dice que el mundo inferior es también el lugar de las flores perfumadas: ...y después el mismo murciélago llevó aquella rosa (la que no olía bien) a Mictlantecuhtli y allá la lavó otra vez y del agua que de ella salió, salieron rosas olorosas que ellos llaman súchiles por derivación desta diosa, que ellos llaman Suchi Quetzal. Y ansi tienen las rosas olorosas, vinieron del otro mundo de casa de este ydolo que ellos llaman Mictlantecuhtli...  

Decoraciones para el Día de Muertos en México
(Foto: Chico Sánchez)
Tonatiuh era el dios del sol de los mexicas, y según investigaciones recientes sería la figura que se encuentra en el centro de la Piedra del Sol o Calendario Azteca. Cempasuchil, como hemos mencionado, proviene de las raices cempoalli, el numero veinte, y xochitl que significa flor, y esta situada en el numero veinte, el fin de los dias del calendario. Si observamos esta flor, redonda y amarilla, muestra un gran parecido con nuestras abstracciones del sol, que representa a la energía y la luz. El sol también es la fuente de energía y de renovación, es el creador de la luz, el padre del día, que con sus rayos aleja las tinieblas de la tierra. Podría ser que estas flores fueran colocadas en la tumba para llevar de una forma simbólica la luz a las almas.

Cabe destacar que en China y Japón el 7 de julio se celebra una festividad llamada Nanako Bon donde, como en Mesoamérica, se limpian los cementerios, se deshierban las tumbas, se adornan con flores y se hace un camino con pisadas en el recorrido que va desde la tumba hasta la casa que habitó la persona en vida, esto nos recuerda al camino que se hace el Día de Muertos con los pétalos de cempasuchil. Este sendero se hace para que el alma del difunto no se pierda en su viaje de vuelta a su tumba y pueda regresar al mundo de los muertos.

Pero volviendo a Mesoamérica. Se cree que cada año las ánimas, en forma de mariposa, anuncian la llegada de los muertos.  Por eso cuando aparecen mariposas blancas se recuerda a los difuntos. Entre estos pueblos existe una veneración respetuosa hacia los ancestros y se les debe recordar al menos una vez al año.

Las mariposas monarca llegan todos los años a México
a final de octubre y su llegada coincide con el inicio
de las celebraciones del Día de Muertos.
(Foto: Chico Sánchez)
Esta creencia prehispánica afirma que cada año se produce el retorno de las almas de los difuntos a la tierra en forma de animales alados, como aves o mariposas, después de cuatro o siete años de su muerte. A las luciernagas se las considera portadoras del alma o la sombra de los muertos y en algunas partes de Mexico, los muertos pueden visitar a sus familiares tomando la forma de palomitas, moscas, chapulines y otros insectos. Por esta razón, los mayas de Yucatán hasta finales del siglo pasado tenían prohibido cazar durante el día de muertos ya que se pensaba que las almas de los difuntos podrían estar alojadas en los cuerpos de los animales.

Otra costumbre mesoamericana es la de colocar altares u ofrendas a los difuntos en las fechas de la conmemoración del día de muertos. Por ejemplo, entre los nahuas se piensa que cuando no se pone el altar la persona sueña con sus difuntos. El uso de altares y ofrendas también esta documentada en la época prehispánica. Cuenta Sahagún en su Historia General de las Cosas de la Nueva España: ...durante la fiesta de Tepeilhuitl se hacían imágenes de montones de pasta de tzoalli a honra de los montes altos donde se juntaban las nubes y en memoria de los que habían muerto en agua o heridos de rayo, o de los que no se quemaban sus cuerpos sino que los enterraban, es decir, a los que iban al paraiso de Tlaloc. 


Altar. Día de Muertos en Teotitlán del Valle, Oaxaca, México
(Foto: Chico Sánchez)
En el mes de Quecholli (20 de octubre al 8 de noviembre), se celebraban a los muertos en la guerra, los cuales, al morir, acompañaban al sol en su carrera hasta su cénit y bajaban por la tarde transformados en mariposas y colibríes. El último día de este mes, donde se festejaba a Mixcoatl, se depositaban manojos de flechas atadas como ofrenda y junto a estos colocaban unos tamales. Dejaban las flechas un día entero sobre la sepultura y al llegar la noche las quemaban.


Sahagún dice: Tambien ponían juntamente un par de tamales dulces; todo el día estaba esto en las sepulturas y, a la puesta del sol, encendían las teas y allí se quemaban las teas y las saetas. En muchos pueblos hay danzas durante los días de muertos. Algunos se llevan a cabo en la calle, otros grupos van de casa en casa y otros más actuan en el cementerio. En las huastecas, los danzantes se llaman huehues (viejos en idioma nahuatl) y representan a los difuntos, danzan a parejas y sus bromas a menudo hacen referencia a algun contenido sexual.

En el mes dedicado a la deidad Xipe Totec, se fabricaba un pan, llamado cocolli, con los granos de unas mazorcas llamados ocholli, las cuales se colgaban de los techos por sus envolturas después de la cosecha. El cocolli era pues, un pan de ofrenda sagrada, pan de maíz, amarillo con la piel apergaminada de Xipe Totec, este pan simbolizaba la muerte de la naturaleza, que moría para volver a nacer. El cocolli parece ser ser el origen del actual pan de muerto que forma parte de estos altares. Estos altares del Día de Muertos también se caracterizan porque muchos de ellos llevan imágenes de las personas muertas, hoy día se colocan fotografías. Al otro lado del mundo, en el Tibet, encontramos una costumbre muy similar que vamós a explicar a continuación.

Como en los ritos tibetanos los altares del Día de Muertos
en México son decorados con una imagen del difunto
San Gregorio Atlapulco, Ciudad de México
(Foto: Chico Sánchez)
El Libro Tibetano de los Muertos o el Bardo Thodol, es un libro de instrucciones para los difuntos y los moribundos. Es una guía del difunto en su periodo de existencia en el Bardo, estado intermedio de 49 días de duración que hay entre la muerte y el renacimiento.

Dice este libro que cuando los síntomas de la muerte se completan, se pone una manta blanca sobre el rostro del cadáver y nadie toca el cuerpo para que no se interfiera en el proceso final del morir, que termina con la separación completa del cuerpo bárdico de su contraparte del plano terreno. El difunto ordinariamente no es consciente de estar separado del cuerpo humano hasta más o menos tres o cuatro días después de la muerte.

Mientras se vela al cadáver por los parientes y amigos, se ofrece al espíritu del difunto una parte de todo el alimento, tanto sólido como líquido. Este alimento es colocado en un cuenco frente al cadáver; y luego de que el espíritu extrae de estos alimentos las esencias sutiles se arroja la comida, después, se retira el cadáver de la casa para llevarlo a su destino.

Tumba con pétalos de cempaxochitl
(Foto: Chico Sánchez)
Encontramos en Bolivia, un caso muy similar ya que según la costumbre popular, los deudos esperan al ánima de su ser querido al medio día del dos de noviembre con sus platos favoritos con el fin de que aspire las emanaciones y recobre fuerzas para continuar su largo peregrinar antes de la reencarnación.

Prosiguiendo con nuestra relación de la tradición tibetana, una vez que el cadáver ha sido trasladado al lugar de inhumación. Se pone una imagen del difunto en un rincón de la habitación y ante esta se prosigue la ofrenda de alimentos hasta expirar los cuarenta y nueve días del Bardo. La efigie del cuerpo del difunto se confecciona vistiendo un taburete, un trozo de madera u otro objeto apropiado con las ropas del difunto, y en el lugar correspondiente al rostro se inserta un papel impreso, llamado Spyang-pu. Al terminar los ritos funerarios esta efigie es quemada ceremoniosamente con la llama de una lámpara alimentada con manteca dandose un adiós final al espíritu del difunto.

La celebración del Día de Muertos mesoamericana recibió después de la conquista europea la influencia de una celebración celta adoptada por el catolicismo y que es conocida como el Dia de Todos los Santos. Esta festividad recibe en inglés el nombre de Halloween, hallow en ingles se traduce como santificar, consagrar o se aplica a algo santo. Concretamente la palabra Halloween que comenzo a usarse en el siglo XVIII es una abreviatura de All Hallows Eve o día de todos los santos. Pero esta tradición católica tiene profundas raices en una celebración celta: el año nuevo.

Una de las celebraciones celtas más importantes era denominada Samain, que significa reunión o unión. En esa festividad en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, los druidas festejaban la entrada del año nuevo celta. Durante esta fiesta era constumbre encender hogueras para que alejaran a los malos espíritus que ese día podían mezclarse con los vivos ya que el límite entre el cielo y la tierra, entre dimensión física y dimensión etérea, desaparecía. También se hacían ofrendas a los espíritus de los familiares o para apaciguar a los espiritus que erraban solitarios.

Xilacayote o calabaza decora una tumba.
Día de Muertos en Xochimilco, México
(Foto: Chico Sánchez)
Encontramos una mencion a estos fantasmas errantes en la cultura sumeria, la mas antigua de la civilización occidental. Creían los sumerios que los espíritus errantes eran familiares que no habían recibido veneración de sus descendientes y habían sido olvidados. El deber de los familiares que seguían con vida era ocuparse del culto de los difuntos, ofrendando un poco de agua, vertida de vez en cuando sobre su tumba, algunos restos de alimentos y, al final de cada mes, cuando la luna desaparecía y simbolicamente moría, se hacía una comida familiar que se llamaba kispu (en acadio ese nombre hacía alusión al «reparto de comida»), al que los difuntos eran convidados ritualmente.

La costumbre actual del Día de Muertos o Halloween en América es una fusión de las ricas tradiciones mesoamericanas con de esta tradición ancestral que practicaron, sumerios, celtas y romanos, además de otras culturas europeas. Hasta hoy, las personas se disfrazan como la muerte u otros seres fantasmagóricos que simbolizan a los espíritus errantes de los difuntos. Por ejemplo, en la Roma Antigua, se ponían altares en las puertas de las casas para que estos espíritus temibles comieran y no se enojaran con sus habitantes. Hoy día los niños se visten con esas figuras fantasmagóricas y aterradoras rememorando esta tradición, asustan a sus vecinos para recibir su porción de alimento o de dulces.

Concluimos con un audiovisual sobre la tradición del Día de Muertos en México.

 


Fuentes
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). México
Hallazgos en el Calendario Azteca. Inah. Mexico
Dios nacio mujer. Aut. Pepe Rodriguez. Ed. Ediciones B. 
Dioses, tumbas y sabios. Aut. C. W. Ceram. Ed. Orbis
Rituales del dia de muertos. Aut. Ruth D. Lechuga. Ed. Artes de Mexico
Fauna Mexicana: Naturaleza y simbolismo. Aut. Miguel Angel Nicolas Careta. Ed. Leiden
Diccionario de mitología nahuatl. Aut. Cecilio A. Robelo
La calavera. Aut. Paul Westheim. Ed. Fondo de Cultura Económica
Los misterios de los celtas. Aut. Stefano Mayorca. Ed. De Vecchi
Jean Bottero. La religión más antigua, Mesopotamia. Ed. Trotta
Libro tibetano de los muertos. Ed. Época S.A de C.V.
Mitología Egipcia. Aut. Mariana Enríquez. Ed. Gradfico
Popol Vuh. Ed. Editores Mexicanos Unidos
El día de muertos, una raíz de nuestra nación. Aut. Juan Bautista LLanes Gómez
Biblioteca Nacional Austriaca 
www.chicosanchez.com
Arqueología Mexicana 
Diccionario Wordreference
Enciclopedia Catolica Online  

Autores: Blanca Adriana Camacho y Chico Sánchez

La Muerte: Viaje al más allá. Parte I

K’inich Janaab’ Pakal. Máscara Funeraria.
Museo Nacional de Antropología, México
(Foto: Chico Sánchez)
La muerte es lo único que compartimos todos los seres humanos sin excepción y siempre se ve rodeada de un gran misterio.

Para algunas personas morir es sinónimo de dolor y su presencia viene acompañada de miedo. Sin embargo, no para todas las culturas es o ha sido así, muchas llegaron a observar la muerte con veneración e incluso encontraron explicaciones a lo que sucede tras ella, considerandola el comienzo de un viaje al mas allá.

Comenzamos en América citando el libro de profecías mayas Chilam Balam de Chumayel, leemos:
  
...tomó agua y mojó la tierra y labró el cuerpo del hombre.
...se rompió su ánimo por lo malo que había creado.
...apareció lo malo y se vio dentro de los ojos de la gente.
...fue la invención de la muerte. Sucedió que inventó la primera muerte Dios.

Segun esta historia, un hombre originalmente inmortal, fué creado con barro y agua por dios, pero cuando la maldad se mostró en él, la deidad arrepentida de haber dado vida inmortal a este ser humano decidió inventar la muerte. En este mismo libro los hombres fueron destruidos en varias ocasiones y vueltos a crear. Aquí la muerte aparece como un castigo a la maldad humana.

Al otro lado del mundo, en Egipto, se piensa que el alma aparece en forma de Halcón con cabeza humana que vuela sobre el cadáver tendido en su lecho fúnebre. El halcón representa al sol y el alma del difunto debe renacer tras la muerte igual que el astro rey renace al amanecer. Para los egipcios el camino del ser humano sigue mas allá de la muerte corporal. El mas allá, no es el cielo ni la tierra, es un espacio poblado por los muertos.

En un fragmento del texto egipcio Disputa de un hombre y su ba escrito en el Imperio Medio leemos:

La Muerte esta ante mí hoy
Como el alivio para un hombre enfermo
Como salir al sol después del encierro

La Muerte esta ante mí hoy
Como el aroma de la mirra
Como sentarse bajo la vela de una barca acariciada por la brisa

La Muerte esta ante mí hoy
Como el aroma del loto
Como sentarse en las orillas de la embriaguez

La Muerte esta ante mí hoy
Como un día bienaventurado
Como un hombre que regresa a su hogar despues de la guerra

La Muerte esta ante mí hoy
Como un día despejado
Como un hombre que descubre algo que ignoraba

La Muerte esta ante mí hoy
Como la nostalgia de un hombre que quiere ver su hogar
Despues de pasar muchos anos en cautiverio

Osiris . Museo Nacional de las Culturas
(Foto: Chico Sánchez)
El alma, en egipcio, baj, vuela fuera del cuerpo después de la muerte. En este viaje, el alma, esta acompañada por su espíritu protector, el ka, que da al ser fallecido la fuerza que necesita en su viaje al mas allá.

El difunto al morir, tenia que ser sometido al Juicio de Osiris. Se le preguntaba por su vida y para comprobar que el difunto había dicho la verdad, se pesaba su corazón. En el centro de la sala del juicio habia una balanza,  el  corazón del difunto se colocaba en uno de los platillos y en el otro se ponía la Pluma de la Verdad. Si el corazón pesaba más, su dueño era condenado a no alcanzar el reino de Osiris, permaneciendo eternamente en la tumba, padeciendo de sed y hambre o siendo destrozado por la Devoradora. Si el corazón pesaba menos que la pluma, el difunto era transformado en un nuevo Osiris, resucitaba y entraba a la nueva vida.

Por otro lado,en Grecia. Cuando alguien moría, debía atravesar el rìo Estigia, que separaba el mundo de los muertos del de los vivos. Este río se cruzaba en la barca de Caronte; para ello se colocaba bajo la lengua de los cadáveres una moneda que pagaba el pasaje al inframundo, en caso de carecer de este pago las almas quedaban vagando en la orilla.  También se le proporcionaban pastelillos de miel que arrojarían al perro Cerbero, feroz animal de tres cabezas y guardián de las puertas de Hades.

Según Homero, la Muerte era la hermana de Hipnos, el sueño, e hija de Nix, la noche. Al dormir el ser humano entraba en el mundo del mas allá. A este sueño acudían genios alados como Morfeo, el mas conocido, que anunciaba la verdad. De aquí viene la definición occidental de la muerte como el sueño enterno.

Pero no sólo los Europeos comparaban al sueño con la muerte. Sahagún, en su Historia General de las cosas de la Nueva España, describiendo constumbres mexicas, comenta:
Decían los antiguos que cuando morían, los hombres no perecían, sino de nuevo comenzaban a vivir, casi despertando de un sueño y se volvían en espíritus o dioses, y cuando alguno se moría, de él solían decir que ya era teotl. Esta creencia mesoamericana de que las personas al morir se convierten en iguales a los dioses se mantiene hasta hoy día. A los ancestros se le colocan altares y se hacen rituales para pedirles el alivio de alguna persona o la llegada de la lluvia para la siembra, entre otras cosas.

Al entrar en el plano de los sueños prodriamos pasar temporalmente a la dimensión donde se encuentran los espíritus de las personas fallecidas, haciendo contacto, de esa forma, con nuestros antepasados. Tener la sensación de interactuar con la persona fallecida durante un sueño confirmaría que el muerto sigue vivo en la esfera de los espiritus, que cobra vida por la noche.



Pectoral de mariposa en un atlante
Zona arqueológica de Tula, Hidalgo, México
(Foto: Chico Sánchez)
Sobre los sueños, un texto chino dice: Chuang Tzu soño que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu. Para los mesoamericanos, la mariposa no tiene relación directa con el sueño, como vemos en este caso, pero  con la muerte. Se piensa que la persona al morir se transforma en mariposa y por otro lado, las mariposas blancas anuncian la llegada de los muertos. Cabe destacar que la mariposa aparece en muchas de las representaciones del arte prehispánico.

Al otro lado del mundo, en el dolmen de Gravinis, en Francia, encontramos otra relación de la muerte con el sueño. Esta obra megalítica construida miles de años antes Cristo, esta decorada con una espiral y sus curvas han sido relacionadas con el viaje sin fin que realiza el alma después de la muerte, considerando que al morir, la persona duerme para renacer en el reino celeste.

Los egipcios, en Textos de las Piramides describen un viaje similar donde las personas fallecidas despues de la muerte ascendian al cielo permaneciendo alli hasta su resurrecion. Se han encontrado vasijas funerarias egipcias decoradas tambien con la espiral.

Sobre el ciclo de la vida y la muerte representado por la espiral, Julio César en sus comentarios sobre la guerra de las Galias escribió: Ellos (los druidas celtas) nos explican que el alma es inmortal y pasa, después de la muerte, de un cuerpo a otro...


Vasija funeraria egipcia con espiral
Museo Nacional de las Culturas, México
(Foto: Chico Sánchez)
Una de las descripciones que explican con mas detalle el proceso de la muerte la encontramos con el Libro Tibetano de los Muertos, o el Bardo Thodol, que significa liberación mediante la audición en el plano post-mortem. Este libro, escrito por Padmasambhava en el siglo VIII, es una guía del difunto para alcanzar el nirvana y afrontar el periodo de existencia del estado intermedio, plano que existe entre la muerte y el renacimiento.

Según el texto, el moribundo:...ve a parientes y allegados, pudiendo escuchar sus llantos....En este instante el muerto ve a sus parientes llorar y gemir más ellos no lo pueden ver. Oye que lo llaman, mas cuando el lo hace, ellos no lo escuchan. Le parece oir sonidos y ver luces, fulgores; tiene miedo, espanto y terror, y se siente perdido.... Después de esto, el sacerdote dice algunas palabras al oído de la persona que acaba de morir: ...ha llegado lo que se llama muerte. La partida de este mundo que no sólo a ti te llega, sino que alcanza a todos....No permanezcas apegado a esta vida por el sentimiento de voluntad....No olvides estas palabras y sigue adelante.

Al igual que las culturas que hemos tratado anteriormente, el Libro Tibetano de los Muertos, nos habla de los sueños en relación con la muerte. Una parte del documento dice: Cuando el difunto advierte que está muerto...todavía piensa que posee un cuerpo físico como el que tenía antes. Pero en realidad es un cuerpo onírico como el de las personas vistas en sueños. Este cuerpo onírico no se refleja en un espejo, ni proyecta sombra, puede atravesar montañas y cosas sobrenaturales.

La descripción del cuerpo orínico del difunto, mencionado en el Bardo Thodol, puede llevarnos a hacer de nuevo esta relación entre la muerte y el sueño, acercándonos al viaje astral. Algunas personas experimentan un desdoblamiento consciente o inconscientemente en el cual sienten como su cuerpo onírico sale del cuerpo físico y afirman que pueden viajar a lugares lejanos o visitar otras dimensiones, pudiendo encontrarse con sus antepasados.

Los budistas, como los antiguos celtas
creen en la reencarnación.
(Foto: Chico Sánchez)
En la India, en el Mahabharata, encontramos un ejemplo de estos viajes astrales. Krishna usa un sueño para guiar al héroe Arjuna a la presencia de Sankara. El texto dice así: Oyendo las palabras de Krishna, Arjuna se purificó tocando agua clara con sus manos. Se sentó en el sueño, pensó en Sankara y fue hacia él mentalmente. Entonces algo extraño ocurrió, Arjuna se vio a sí mismo volando en el cielo con Krishna. Iban viajando mas rápido que la mente. Krishna le había agarrado fuertemente de su mano derecha e iban viajando juntos por el espacio. Se dirigían hacia el norte, pasando por muchos lugares hermosos....y parecia que se iban elevando más y más hasta que al fin llegaron a la cumbre de la montaña de nieve plateada. Allí vieron al gran gran señor Sankara. Brillaba como mil soles juntos e iluminaba toda la montaña con su fulgor. Como hemos visto hasta ahora, en muchas culturas tanto el sueno como la muerte eran consideradas puertas para llegar a los dioses o al mundo de los ancestros.

El tema de la muerte es tan inmenso y esta tan lleno de misterio que podriamos seguir escribiendo y entrar en una espiral infinita como la que hemos visto aqui. Asi que para terminar, nos gustaria compartir dos reflexiones muy interesantes sobre la muerte.

La primera aparece en el Mahabharata, en donde Krishna aconseja al rey Yudhistrira: ...en este mundo vivimos sólo por poco tiempo, la muerte es algo inminente, puede que venga en pleno día o en la oscuridad de la noche. El hecho de no luchar, no hace a nadie merecedor de la inmortalidad, por eso en este corto tiempo de vida, el hombre debe decidir rapidamente lo que va a hacer... Debemos tomar pronto una decisión. En este caso Krishna hace una excelente reflexión de que primero y ante todo hay que buscar un camino y vivir la vida alejandose de las dudas por medio de la acción.

La segunda, la encontramos en el Popol Vuh. libro de los mayas quiché. En esta reflexión, los primeros seres creados por Dios ven en su muerte cercana un regreso al origen, pidiendo a sus descendientes que mantengan viva la cultura de sus antepasados con estas palabras: Ya estamos iniciando nuestro regreso, ya se hizo todo lo que estaba a nuestro cargo, ya se completaron nuestros días, no nos olviden, no nos pierdan, miren primero sus casas, miren primero su patria. Establezcanse, multipliquense, caminen y vayan a ver otra vez el lugar de donde vinimos.



Fuentes
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). México
Museo Nacional de las Culturas (INAH-Conaculta). México
Libro tibetano de los muertos. Ed. Época S.A de C.V
Mahabharata. Aut. Vyasa. Ed. Edicomunicación. S.A
Mitología egipcia. Mariana Enríquez Ed. Gradfico
Los misterios de los celtas. Aut. Stefano Mayorca. Ed. De Vecchi
Mitología griega y romana. Aut. Gastón de Nerac. Ed. Sociedad Editora Latinoamericana.
Chilam Balam de Chumayel. Autor: Antonio Mediz Bolio. Ed. Dante
Popol Vuh. Ed. Editores Mexicanos Unidos
Comentarios sobre la guerra de las Galias. Aut. Cayo Julio César
El dia de muertos, una raiz de nuestra nación. Aut. Juan Bautista Llanes Gómez
Historia general de las cosas de la Nueva España. Aut. Fray Bernardino de Sahagún
Textos de las Pirámides. Trad. Francisco López y Rosa Thode. www.egiptologia.org 
Arqueología Mexicana
Zona arqueológica de Tula

Autores: Blanca Adriana Camacho y Chico Sánchez

 
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